Siempre he escuchado esta frase, pero creo que poco a poco me está tocando vivirla… Y que hace la mamá cuando tiene dos niñitas??... está destinada a estar sola??... mmmmm la verdad es que no me gusta para nada la idea… ahí es donde la gente empieza a proponer ideas brillantes como por ejemplo… “Vayan por el tercero, de seguro sale niñito!!”… jajajaja no sería demasiado egoísta de mi parte ser mamá una vez más sólo queriendo que salga niñito para no “quedar sola”??
Inevitablemente revivo cada día cosas que viví en mi infancia, pero esta vez mirando con ojos de mamá… antes fui la hija que se colgaba del cuello del papá que llegaba del trabajo, la que se peleaba todo el día con la mamá porque era la que imponía las reglas de la casa, me obligaba a hacer las tareas, me hacía comidas que no me gustaban y me acusaba en las tardes con el papá cuando me portaba mal… La hija que esperaba, cerca de las siete de la tarde, el momento en que las llaves del papá sonaban al abrir la puerta y salía corriendo y gritando papá!! A dar la bienvenida al que extrañaba durante todo el día…
Ahora soy la mamá que impone las reglas, la que pasa más tiempo ordenando y exigiendo orden, la que hace las comidas malas que tienen verduras, la que está siempre y que por lo mismo, cuando llega, no es gran novedad…
Hay varias diferencias, pero muchas similitudes… A pesar de que también trabajo, me ha tocado estar mucho más tiempo con ellas, la llegada de mi hija menor me permitió estar casi todo el año con la mayor en su primer año de colegio (cosa que muchas madres que trabajan no tienen la suerte de hacer). Pero esto me hizo casi transparente para mi hija mayor… ahora volví al trabajo y cuando llego… no hay carreras por el pasillo, no hay gritos ni besos ni abrazos… simplemente “Hija… llegue!!”… y un “Ah!... hola mami!”……. plop!
Entonces hay días en que ando más sensible y su actitud me duele profundamente, me empiezo a cuestionar… pienso lo típico… “Yo le daría mi vida y ella ni se inmuta por mi…”… Pero otras veces lo pienso mejor y digo, bueno, es una niña… y muchos de esos gritos de ¡llegó el papá! fueron en gran parte estimulados por mi… “Hija, mira quien llegó!!!... Vaya a darle un beso y un abrazo a su papá!!... “ etc… Entonces mi dolor ya no es con ella, sino con él, por no haberla incentivado para que esperara a la mamá como lo esperaba a él…
Pero bueno, prefiero no sentir dolor, sino sentir que puedo enfrentarlo de otra forma… ella no tiene la culpa y yo creo que puedo hacer que las cosas sean diferentes… de echo evito a toda costa acusarla con el papá en las tardes, cuando no se ha portado muy bien… los problemas que podamos tener durante el día las dos, se solucionan entre las dos, no necesitamos la intervención de nadie!!... Si el abrazo no viene de ella, viene de mí y yo soy la que se agacha a besar y abrazar a su princesita cada vez que llega del trabajo… y le dije el otro día que me encantaban sus dibujos y que no tenía ninguno en mi oficina, entonces confeccionó un lapicero para mí, lo pintó con tempera (actividad que le encanta) y ahora está acá en el escritorio de mi trabajo…
Sin resentimientos y sin rencores, sólo mostrándole que su mamá la adora y que también la necesita… porque es mi hija también y puede ser la niñita de mamá tanto como de papá!!...
Sé que inevitablemente las cosas son distintas entre el papá y la mamá cuando uno va creciendo, pero voy a apostar por ella y por mi… voy a jugármela para no alejarme de ella como en algún momento me alejé de mi propia madre… y cuando ella crezca y ya deje de ser la niñita de papá, pueda convertirse con toda confianza en la mujercita que recurre a mamá, ya sea por un consejo, por un cariño o por una conversación cómplice de mujeres…
Por lo menos la idea está… sé que no va a ser fácil, pero creo que si me lo propongo debería lograrlo… Animo Madre!!
