Es lo que midió la semana pasada en una ecografía el segundo milagrito que me mandó Dios. La verdad es que ha sido una felicidad inmensa para mí y mi pequeña familia saber que en unos meses más se nos unirá un nuevo integrante que vendrá sin duda a revolucionar todo lo que hasta el momento tenemos semi-armado.
Al igual que la vez anterior, este bebe ha sido muy esperado, ya que tiene una hermana mayor que hace ya un tiempo pide su llegada y casi la exige, en realidad no casi… la exige!
Bueno, siempre fue nuestra idea tener una gran familia. Al principio hablábamos de 4 o 5 hijos, para tener la mesa llena a la hora del almuerzo los domingos… pero esa idea se va modificando poco a poco, de hecho al tener a nuestra hija pensábamos que al año de vida de ella nos pondríamos en “campaña” para el otro, pero nunca fue… nos hicimos de rogar y rogar hasta que fue ella misma la que tuvo que hacer valer su derecho a no crecer solita y tener alguien a su lado con quien hacer familia cuando sus padres ya no estén.
La primera vez que decidimos ser padres nos pusimos en las manos de Dios y este se hizo mucho de rogar, estuvimos casi un año intentando el embarazo, sin embargo ahora, sólo tuvimos que esperar dos meses… no podíamos creer cuando el test nos arrojó “positivo”…
Los malestares han sido casi los mismos, con la diferencia que ahora tengo 4 años más y unos cuantos kilitos de más… me brotó la alergia primaveral que me ataca todos los años en esta fecha y me ha tenido con mi capacidad pulmonar bastante a mal traer… en fin, sueño… muuucho sueño, cansancio, tos, etc… me he visto bastante más apolillada que la vez anterior… espero que pronto pase todo esto y volver a la “normalidad” dentro de lo que se pueda…
Dicen que los malestares duran sólo el primer trimestre, bueno, ya voy en las ocho semanas, así que espero que dentro de un mes más ya me vuelva a sentir ágil y dinámica como es lo normal… tampoco hiperventilada… jajajaja, pero por lo menos más ágil.
Bueno, hemos comenzado una nueva espera, un nuevo camino como familia, un nuevo desafío como mujer, como madre. Una vez más pidiéndole a Dios que me dé la salud y la fuerza necesaria para poder darle lo mejor de mí a esta nueva vida que se gesta en mi interior y que ya a las 7 semanas y midiendo 13 milímetros nos mostró su corazoncito que late fuerte y rápido en espera de que el tiempo lo traiga a nuestros brazos.
